Desde fines del año pasado, como todos los años, comenzamos a encarar la preparación de nuestro Filba Nacional. Y lo hacíamos con un entusiasmo especial, porque hacía mucho tiempo que queríamos ir a la ciudad de Rosario. Viajamos dos veces para la preproducción en los que confirmamos lo que un poco ya sabíamos: que Rosario es tierra fértil, que la literatura, las artes plásticas, la música están a la vuelta de la esquina. Nos volvimos con las mochilas llenas de autores para leer, decenas de sugerencias de músicos para escuchar, nos armamos un mapa mental de la ciudad y las posibles incursiones que podíamos hacer en ese espacio que se nos dio tan fácil. Pero a los dos días de volver de nuestro segundo viaje, el mundo cambió por completo. Nos tuvimos que adaptar de pronto a una nueva realidad, al encierro, a mirar lo que nos rodea de otra manera. Se acercaba la fecha del festival y no quisimos anquilosarnos en la nostalgia, ni en lo que pudo haber sido. Tampoco quisimos traspolar los formatos presenciales a la virtualidad. Hicimos en cambio una activación literaria rosarina: esos tres días de festival estuvieron dedicados a Rosario, su literatura y sus artistas. Todo el contenido se fue subiendo y compartiendo en nuestras redes y web durante esos tres días. Y pasaron cosas, y quedaron ecos. Por eso, lo que iba a ser hasta el 25 de abril se extenderá, seguramente, hasta que los ecos duren. 

Gracias al Centro Cultural Parque España, a la Municipalidad de Rosario y a Fundación Williams por habernos acompañado en este proceso y en hacer este pedacito posible. 

Gracias a todos los artistas que nos compartieron lo que hacen.

Acá abajo, todo lo que se hizo, lo que seguimos haciendo y los links para acceder a todo el contenido.