Me cuesta hablar de mí, de modo que entro en bucle y hablo de mí para decir que me cuesta hacerlo, que crecí en la introversión, que mis biografías son casi siempre una lista de los libros que he escrito y unas fechas. No soy tímida, porque a la fuerza ahorcan, porque elegí la escritura como un parapeto que se fue convirtiendo en la tarima de un escenario. Porque la introversión no se parece a la timidez sino a una clase de energía que se disipa en partículas casi intangibles al contacto con otros seres y sólo sabe reagrupar sus fuerzas en soledad. En cada libro desaparezco con obstinación mientras, como ha escrito un amigo, «recuerdo a Jerry Lee Lewis lanzándose a patadas contra la cámara y sus gritos que me dicen: NO PHOTO. NO PHOTO». He publicado las novelas La escala de los mapas (1993), Tocarnos la cara (1995), La conquista del aire (1998), Lo real ( 2001), El lado frío de la almohada (2004), El Padre de Blancanieves (2007), Deseo de ser punk (2009), todas ellas en la editorial Anagrama y en Debolsillo. En Penguin Random House, Acceso no autorizado (2011), El comité de la noche (2014) y en septiembre de 2017 si nada lo impide, Quédate este día y esta noche conmigo. En SM El balonazo (2008), El día que mamá perdió la paciencia (2009), El amigo que surgió de un viejo ordenador (2012) y El blog de la verdad extraordinaria, este último junto con Luis Ruiz de Gopegui. En UDP una selección de ensayos y artículos titulada Rompiendo algo (2014).