Nancy Huston (Francia) vendrá al Filba Internacional
El Festival internacional de literatura #Filba2023 será del 27 de septiembre al 1 de octubre en la ciudad de Buenos Aires, y este año celebramos su 15.a edición.
Estamos muy felices de contarles que la escritora Nancy Huston vendrá especialmente para formar parte del festival, gracias a los apoyos del Institut français d'Argentine y de la Embajada de Francia en Argentina. Hace unas semanas también anunciamos las participaciones de las escritoras Brenda Navarro (México) y Francesca Manfredi (Italia).
¿Quién es Nancy Huston?
Nancy Huston nació en Calgari, Canadá, en 1953. Radicada en París, ha publicado libros de ensayo, novelas y obras de teatro. Entre sus novelas -traducidas al español– se encuentran Instrumentos de las tinieblas (1998) y La huella del ángel (2009). Algunos títulos de sus ensayos son: Reflejos en el ojo de un hombre (2013), La especie fabuladora (2017) y Vosotras bellas, vosotros fuertes (2018). Está por publicarse en nuestro país la novela Bad Girl, que será editada por Mardulce, con traducción de Vivian Lofiego.
En 2006 ganó el Premio Femina por su novela Marcas de nacimiento (cuya lectura recomendamos especialmente) y el Premio Goncourt des Lycéens en 1996 por Instrumentos de las tinieblas.
Su primera novela Variaciones Goldberg (1993) sigue la estructura de la pieza musical de J. S. Bach y fue escrito en francés e inglés, siendo un texto 100% bilingüe.
La crítica literaria la suele llamar la “Annie Ernaux franco-canadiense” y la crítica literaria y novelista Oivia de Lamberterie dice de ella: “Admiro su coraje, cómo se zambulle (o embarra) en problemas sin esperanza… admiro su enojo y su acercamiento al desequilibrio.”
¿Sobre qué escribe?
Su obra está marcada por su análisis de la condición femenina y su interés por el tema del desarraigo, así como la filiación, las herencias familiares e históricas. La música es también una gran fuente de inspiración para la autora, así como la relación entre la vida y el arte.
Entre sus temas recurrentes están la grieta que existe entre la vida privada y la vida pública y/o política, la imposibilidad de asir la realidad (en su sentido más general así como la realidad lingüística) con palabras, el punto de encuentro entre la literatura y el hecho de dar la vida, la división entre cuerpo y alma, la dominación del hombre sobre la mujer en la vida sexual, social y artística, las violencias que ejercen los hombres sobre las mujeres y la imposición masculina sobre cómo vemos la naturaleza y la naturaleza humana y cómo dicha visión (la masculina) se construye en el discurso de todos nosotros, los seres humanos.
Escuchando y leyendo entrevistas de Nancy Huston, hemos anotado las siguientes citas:
“Me gusta invitar al lector a ser partícipe del laboratorio de la creación, que el lector sea un lector activo.”
“La traducción es un regalo. Es una suerte poder acceder a otra literatura, es un milagro.”
“Tuve la ilusión de reinventarme con el exilio privilegiado que viví cuando llegué a París… pero las raíces me persiguieron inevitablemente. No volví a nacer a los 20 años. Esa es la realidad…”
Algunos de sus recomendados:
En el programa de la Radio Pública francesa (France Inter) llamado “Remedio a la melancolía”, Nancy Huston compartió sus “remedios” personales para afrontar dicha sensación. Se los traducimos a continuación:
Dos libros: Lila y Flag, de John Berger (1992), traducido por Pilar Vásquez (Ed. Alfaguara) y Sobre la felicidad, de Alain, traducido por Dolores Sánchez de Aleu (Ed. Hermida Editores)
Una película: Paterson de Jim Jarmusch (2016)
Una canción: Peaches and Cream, de The Ikettes (1965)
Un paisaje, una pintura: el pintor Guy Oberson
Una recomendación musical y humorística: The Vatican Rag, de Tom Lehrer (1965)
Pensadoras que la ayudan a vivir: Anne Dufourmantelle, Annie Leclerc y Christiane Singer
Actividades que le hacen bien: cantar, bailar de forma amorosa, planchar
Una cita de Romain Gary que le encanta: “La mayor fuerza espiritual que tiene la humanidad, es la estupidez.”
Los subrayados de Filba
Acá les compartimos nuestro párrafo favorito de Marcas de nacimiento (título original Lignes de Faille) traducido por Eduardo Iriarte Goñi:
“Leo el artículo con mis propios ojos cuando regreso a casa del colegio y aunque hay una buena cantidad de palabras que no entiendo, me sonrojo y sudo con sólo pensar que de veras es de mi madre de quien hablan. Puedo imaginarme a los espectadores ahí sentados en Regina o Vancouver o dondequiera que sea con los ojos abiertos de incredulidad mientras esa mujercilla rubia vestida toda de negro sale al escenario, saluda a sus músicos, se acerca al micrófono y abre la boca y entonces, en vez de cantar Edelweiss o My Favourite Things o tonterías por el estilo, los lleva de viaje por el universo. La música es su pista y baila en ella, saltando sin esfuerzo de octava en octava; cuando asciende hasta las notas más agudas es capaz de dividir en dos la voz y hacer armonías consigo misma.
«Es increíble —dice el artículo—, y la nueva de su talento se está propagando como un incendio fuera de control». En la entrevista, el periodista pregunta a Krissy Kriswaty qué tiene en contra de las palabras y ella contesta: «La voz es un lenguaje en sí misma». El periodista le pregunta qué planes tiene para el futuro y ella contesta que «tengo previsto casarme en el futuro inmediato» (¿es posible que su manager, Peter Silbermann, sea el afortunado?, se pregunta el periodista) «mudarme a Nueva York y grabar allí mi primer disco».(no dice nada acerca de que tiene una hija)
En el mismo periódico hay un artículo sobre Marilyn Monroe, que anoche le cantó al presidente Kennedy Cumpleaños feliz con un vestido sexy y ceñido, y cuando después volvió al camerino se sintió desfallecer de repente porque el vestido le cortaba la circulación y no me cuesta trabajo identificarme con ella en esas ocasiones en que la falda a cuadros me queda tan prieta en la cintura que apenas puedo respirar, así que tuvieron que rasgarle el vestido hasta hacerlo pedazos a toda prisa para salvarle la vida, y eso que valía doce mil dólares.
Leo cada vez más aprisa y cada vez mejor, leo hasta hartarme, es lo único que se me da bien, si alguien me dijera que ya no me está permitido seguir leyendo, me daría un patatús”.