Cuando era niña descubrió que le encantaba dibujar, lo hacía todo el tiempo. A la gente le gustaban sus dibujos y le pedían que les dibujara cosas, eso le divertía mucho. Con los años quiso convertir esa pasión en una profesión y por eso decidió estudiar artes. En la universidad descubrió la ilustración infantil y se abrió una puerta mágica llena de colores tras la cual todo lo que quería lo podía hacer; entre otras cosas, volver a ser pequeña, que a las personas les gustaran sus dibujos y le pidieran que les dibujara cosas. Desde entonces colecciona libros, los lee, y al hacerlo imagina otros libros. Quiere ilustrarlo todo, seguir jugando sobre una y mil hojas y contar, en imágenes, muchas historias.