¿Qué te dejó el Filba? Por Inés Garland.
A quienes formamos parte del equipo de Filba, cada festival nos cambia. Durante esos días, conocemos a lxs autorxs con los que nos estuvimos escribiendo durante meses y se pone en marcha lo que se estuvo programando durante tanto tiempo. Ahora bien, ¿cómo viven los festivales lxs autorxs invitadxs? Queremos saber un detalle, una anécdota, algo que les haya quedo resonando.
La autora y traductora Inés Garland pasó por el Filba Santiago del Estero y por el Filba Internacional 2019 y nos cuenta su experiencia acá:
El idioma inglés tienen un término que resume una de las características de mis experiencias en el FILBA (y digo “en” y no “con” porque hay algo de estar inmerso “en” el Filba, algo que hace que no me acuerde de los años en los que tuve cada experiencia, como si Filba fuera un planeta.) El término del que hablo es talk shop. En el diccionario dice que significa “hablar de trabajo”, que en otro contexto podría sonar a pesadilla, pero para mí talk shop es hablar la lengua de la pasión por la literatura, la escritura, la traducción, la conversación (¿qué otra cosa es escribir sino una conversación con uno mismo, con el mundo, con los demás?).
En el Filba viajé a Mar del Plata en tren, caminé por los pasillos del hotel Provincial creída de que era Barton Fink. En el Filba conocí colegas con los que sigo siendo amiga hasta el día de hoy. En el Filba me escribí unas cartas que atesoro con el autor inglés David Almond donde intercambiamos figuritas (también a eso le digo talk shop). En el Filba di talleres conmovedores en La Matanza y en San Martín donde conocí docentes que trabajan a destajo para que la literatura llegue a niños y jóvenes que no tienen tantas posibilidades de acceder a los libros y a los mundos que se abren para cada uno de nosotros gracias a los libros. En el Filba fui a una clase de tango con el escritor vasco Harkaitz Cano y escribí un texto que hizo reír al mejicano Emiliano Monje, y esa risa y el desconcierto de Cano fueron también un momento que atesoro.
En el Filba, en el marco de la presentación de Lorrie Moore en Buenos Aires, pude hablarle de mi amor por la traducción a un público que no esperaba escuchar hablar del detrás de escena del libro que los había conquistado. Me senté a escribir sobre la experiencia de traducir, a ponerle palabras a esa pasión a pedido de las organizadoras y descubrí cuánto necesitaba compartir esa experiencia. Y conocí a Moore (conocer a una autora que traduzco es el súmmum del talk shop). En el Filba les leí un cuento a personas desconocidas sentada en un camarín del teatro Provincial. En el Filba puedo, cada año, hacer de alumna o de maestra, de presentadora o de público, ir de un lado a otro de la moneda. El Filba es una conversación. Aquí mi agradecimiento.
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Inés Garland escribe, trabaja como traductora y coordina talleres literarios. Publicó novelas y libros de cuentos para adultos entre los que se encuentran Con la espada de mi boca (2019), Una vida más verdadera (2017) y Una reina perfecta (2008). También ha publicado novelas y libros de cuentos para jóvenes y niños como El jefe de la manada (2014) y Piedra, papel o tijera (2009), entre otros. Varios de ellos han sido traducidos a otros idioma.
Entre los libros que ha traducido se encuentran Los cuentos de Linnet Muir de Mavis Gallant (Eterna Cadencia, 2019), Quién se hará cargo del hospital de ranas de Lorrie Moore (Eterna Cadencia, 2019), La habitación sin barrer, Sharon Olds (Gog y Magog, 2019), La rabdomante, de Tiffany Atkinson (México, Cooperativa la Joplin, 2015) y No puedo ni quiero, de Lydia Davis (Eterna Cadencia, 2014).