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#PonéPausa

En Filba disfrutamos de conversar sobre arte, por eso pensamos acercar una brevísima colección de obras que vimos, leímos, escuchamos y comentamos en estas últimas semanas.  #PonéPausa y disfrutá. 

Literatura- Nada es verdad, de Veronica Raimo (Libros del Asteoride)
Por Victoria Rodriguez Lacrouts
La lectura y la risa es una dupla imbatible, poco común, pero imbatible. Dos formas de pasarla bien que, cuando se juntan, se potencian. Esa pequeña felicidad nos la regala la novela Nada es verdad, de la autora italiana Veronica Raimo, que acaba de publicar en castellano por Libros del Asteroide.  Esta es la primera novela de Raimo traducida, seguramente gracias a que fue ganadora del Premio Strega Giovani. 
La narradora, Veronica, construye una voz particular pero que al mismo tiempo recorre zonas o etapas muy reconocibles por todas (sobre todo por todas). Lo atractivo del libro es que no reposa en el efecto de la identificación porque su memoria es muy específica y al mismo tiempo hace funcionar a la risa como un mecanismo de descarga ante algunas situaciones que podrían ser narradas desde otro registro muy distinto. Las miradas sobre su familia, su escritura, la sexualidad, la adultez y la adolescencia están atravesadas por su voz lúcida a la que no le importa en lo más mínimo quedarse dentro de los límites de lo correcto.    

Cine - El viento que arrasa, de Paula Hernández
Por Amalia Sanz

Ya lo sabemos: en el paso de una obra literaria al cine no tendríamos que pensar en términos de adaptación ni buscar una traducción entre lenguajes tan distintos, sino mejor imaginar la construcción de una obra nueva, emparentada con la anterior pero no necesariamente un intento de fidelidad forzosa y siempre desviada. En la película de Paula Hernández El viento que arrasa recién estrenada (hay que verla prontísimo no sólo porque es muy buena, sino también para apoyar al cine argentino que tan golpeado viene en esos tiempos) es interesante descubrir cómo la novela de Selva Almada respira de maneras inesperadas, iluminando zonas del libro que no conocíamos. En una suerte de road movie del norte, el encuentro accidental pero crucial del reverendo Pearson y su hija Leni con el Gringo y Tapioca (los enormes Alfredo Castro, Almudena González, Sergi López y Joaquín Acebo -ovación de pie para la encargada de casting-) en medio del polvo, el calor y el viento, esta vez es narrado desde la mirada de la niña/mujer. Eso modifica la perspectiva en su totalidad y, entonces, inevitablemente, la realidad de la historia. Un acierto que sin querer postula una verdad: lo real depende siempre de quién decide mirar qué. 

Pd. como yapa, el círculo se vuelve a cerrar y del cine el proceso volvió al libro con Ruge el viento, un extraordinario diario de rodaje, con textos, fotos y dibujos.

Literatura - La desaparición de Josef Mengele, de Olivier Guez (Tusquets)
Por Anne- Sophie Vignolles

La novela cuenta la historia del “Ángel de la muerte” y, a través suyo, una historia de la humanidad, de la perversión y de la locura más absolutas así como de la banalidad del mal. 
Desde el Instituto del Tercer Reich para la Biología y la Pureza Racial en la Universidad de Fráncfort, donde se destaca como investigador, hasta Auschwitz (“el mayor laboratorio de la Historia.”, dónde el joven Mengele intentará descubrir “los secretos de los nacimientos múltiples” y, para ello, torturará y matará a miles de hombres y mujeres) hasta sus variopintos y numerosos exilios (en Argentina, Brasil y Paraguay). Habiendo vivido en la opulencia, en la decadencia y en la miseria más oscuras y profundas, la vida de Mengele contada por Olivier Guez se lee como un policial. El lector penetra en el terror y la atrocidad del personaje (y de su época) con frenesí: frenesí de los acontecimientos, pero también frenesí en el ritmo que marca el lenguaje del autor. Frenesí en esa carrera infernal que emprende el personaje huyendo de sus perseguidores hasta caer en una suerte de paranoia que no lo deja vivir. Luego de haber sido quién fue (uno de los actores más espantosos del tercer Reich y orgulloso de haberlo sido hasta el final), Mengele dedicará el resto de su vida en el exilio en una sola y penosa cosa/causa: cavar su propia tumba, levantar sus propios muros, regir su propio infierno y morir en su propio “campo”. ¿Será que existe la justicia? 

Arte - Fotografía - Los días nublados, de Santiago Porter (Asunción Casa Editora)
Por Larisa Chausovsky

Tiempo y espacio son dos dimensiones inseparables. Pero en Los días nublados, ocurre algo particular. El tiempo -el paso del tiempo- se conjuga con su dimensión compañera y muta, se convierte en espacio: se transforma en distancia. Distancia para poner en palabras todo lo que sucedió alrededor de la mirada, distancia para la reconstrucción del recuerdo. Distancia para la reconstrucción de la memoria. ¿Recuerdo y memoria son lo mismo? ¿Qué nos puede decir todo aquello que sí vemos sobre lo que ya no está? ¿Qué se esconde -o se guarda- en la arquitectura de una imagen? ¿Qué nos dice el arte -y el proceso creativo- sobre la memoria, sobre la justicia, sobre nosotros mismos? 
En Los días nublados Santiago Porter, reportero gráfico, fotógrafo, pintor vuelve sobre sus cuadernos de artista, pero va más allá. Busca las palabras para reponer las historias, reflexiones y recorridos detrás de algunos de los trabajos más significativos de su obra. El atentado a la AMIA, diciembre de 2001, el enigmático devenir de monumentos históricos y hasta un viaje familiar encuentran un nuevo decir. Un artista que supo conjugar el vértigo del momento preciso con la paciencia de la observación, se detiene ahora en las palabras. Las trabaja, les da cuerpo, les impone otro pulso: el del narrador, el del cronista, el del artista que se pregunta por la esencia del arte, por lo que la fotografía cuenta de la ausencia. Un pulso profundamente humano y que, ahora al revés, borra la distancia y nos lleva a estar ahí, a revivir la historia, a repensar las ausencias, a reconstruir la memoria. Y a nosotros mismos. 

Música - Tropicalia: ou Panis et Circensis 
Por Catalina Labarca

Con el invierno llega la saudade del verano que se va, pero también de ese año que está empezando. Y para mí, la banda sonora de esta estación es Caetano Veloso y sus amigos de la Tropicalia.  En particular recomiendo escuchar el disco Tropicalia: ou Panis et Circensis editado en 1968. Una mezcla de samba y bossa en voces y música de Caetano Veloso, Gilberto Gil, Gal Costa, Os Mutantes,Tom Zé y Rogélio Duprat. De acá salieron los clásicos “Baby”, “Panis et Circensis” y el eléctrico “Bat Macumba”. Para escucharlo de corrido y volverlo a poner. 

Música - Lorena Rizzo 
Por Victoria Rodríguez Lacrouts 

Sigo pensando que los grandes momentos vitales tal vez no sean tan grandes, tal vez solo quepan en un breve instante en el que escuchamos o leemos algo que nos sorprende, que nos corre del lugar o, nos hace mirar el lugar donde estamos con otros ojos. No sucede muy seguido. Me pasó hace un tiempo cuando escuché por primera vez a Lorena Rizzo, una cantautora argentina dueña de una voz arenosa, grave, dulce pero no condescendiente, ideal para interpretar el tipo de canciones que hace. Es pianista y guitarrista también. Su primer disco, Documental, tiene una serie de canciones inspiradas en un álbum de fotos antiguas que Lorena encontró tirado en la calle. Es hermoso y lo pueden escuchar acá. Su último disco se llama El tercer día y es un reencuentro entre su voz y el piano. Solo en un tema toca la guitarra. Yo disfruto mucho de escucharla. Para quienes estén en Buenos Aires el 29 de marzo, va a tocar en vivo en Café Vinilo junto a Lorena Edelstein. 

Serie - Bronca  (Netflix, 2023)
Por Daniela Ini

Bronca es una miniserie protagonizada por Steven Yeun y Ali Wong. A Steven lo conocemos por The Walking Dead y a Ali por el divertidísimo set de comedia Baby Cobra. Él es Danny Cho, un contratista de origen coreano siempre al borde de la quiebra. Ella es Amy Lau, propietaria de una empresa de decoración y plantas, a punto de venderse en millones. La historia empieza con un choque entre ellos y escala a límites de violencia insospechados. ¿Acaso un mero insulto en un estacionamiento puede resultar en una ira tan desmedida? Bronca nos muestra un retrato despiadado de la vida en Los Ángeles que bien podría pasar en Argentina. Una serie sobre el enojo, la frustración, las desigualdades, la mezquindad y cómo consume la violencia. A su vez, cada conflicto, cada venganza tiene un toque de comedia que lo hace soportable. 

Artes visuales - La multitud agazapada, El Pelele (CCR)
Por Luji Picabea

Creador y soberano de un universo intergaláctico, El Pelele tiene un rasgo de estilo, una esencia tan personal como carnal y anfibia, como fantástica y onírica. Una vez que una ha visto algunas de sus obras reconocerá siempre cualquier otra obra del artista. Personajes tirantes, dramáticos, de ojos enormes y mirada torva, rostros deformados, derretidos, pastosos, hinchados, lamidos; extremidades filosas, delgadas, arácnidas. Seres pescados en las honduras de las pesadillas, que en sus reveses desbordan erotismo, perversión y goce. 
El Pelele es un artista cordobés pero es también un personaje surgido de la inspiración en la pintura de Francisco de Goya que representa un rito popular español leído como una forma simbólica del poder de la mujer sobre el hombre: el hombre como marioneta. 
El Pelele, el artista, compone su universo estético desde la androginia y la ambigüedad, en una tensión permanente entre lo que se muestra y lo que se oculta, lo que se dice y lo que se calla, lo que cada quién lee desde su propia subjetividad, sus propias oscuridades y deseos. De allí la potencia y el riesgo de su obra, que se expresa en el dibujo, la pintura, la performance, el audiovisual y la poesía.
La multitud agazapada es la muestra individual de El Pelele inaugurada recientemente en la sala 10 del Centro Cultural Recoleta (Junín 1930), con curaduría de Carla Barbero. “De qué sirve un fantasma si no tiene espectador”, escribió Fernanda García Lao en su novela Sulfuro. Anímense a descorrer la cortina de la fantasmagórica galería de El Pelele.

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