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Lecturas

¿Qué leer? Entre la marea de novedades e infinitas lecturas posibles, el equipo de Filba te recomienda lecturas para el verano. 

Recomendaciones de Catalina Labarca Rivas

Catalina Labarca Rivas es programadora de Fundación Filba 

Vida de Horacio, de Mercedes Halfon (entropía)
Militante, docente, amante de los autos, padre, esposo. Como todxs, Horacio Halfon tiene mil vidas. En este diálogo entre padre e hija, al mismo tiempo que narran sus propias experiencias, también cuentan la historia reciente de Argentina. Un libro íntimo, que al mismo tiempo trasciende lo biográfico para transformarse en el testimonio de una época.

Yo sé lo que sé, de Kathryn Scanlan (Fiordo)
Narrada en breves retazos, Yo sé lo que sé de Kathryn Scanlan le da voz a Sonia, una entrenadora de caballos de carreras. Es la historia de una mujer en un mundo masculino, machista y violento; es la historia de un territorio marginal de Estados Unidos; es la historia de la domesticación.


Reunión, de Natasha Brown (Anagrama)
La narradora de esta novela es una mujer negra, hija de inmigrantes jamaicanos, exitosa, con un buen trabajo y un novio rico. Pero esto no es suficiente. Enfrentada a a sutiles gestos de discriminación, pone sobre la mesa la fantasía de la “integración”  poscolonial en Inglaterra, desnudando tensiones raciales y culturales de manera sobria y contundente.

Recomendaciones de Victoria Rodríguez Lacrouts

Victoria Rodríguez Lacrouts es programadora de Fundación Filba 

Cosas que vienen y van, de Bette Howland (Eterna Cadencia)
Tres nouvelles bien distintas que dejan una sensación en común: la situación más cotidiana, los personajes más ordinarios son un mundo tan complejo como único. La escritura de Howland es lo opuesto al estereotipo, tiene un gran amor por lo particular y singular. También es una maestra en administrar y narrar puntos de vista, de entrar y salir de situaciones y miradas. Usa imágenes pequeñas pero fulminantes como un rayo para decir algo sobre alguien. Si diera talleres de escritura, sin dudas, este sería uno de los libros que elegiría para leer.

El hechizo del verano, de Virginia Higa (Sigilo)
La mirada es una forma de hacer decir al mundo. La mirada de Virginia Higa en esta serie de crónicas se mete en los resquicios de su vida en Suecia, y genera pensamiento en el espacio que hay entre la cotidianeidad y lo ajeno de ejercerla en un lugar tan distante (en varios sentidos) a la tierra propia. Un libro que demuestra que la lucidez puede no solo llevarse bien con la ternura, sino que es lo que la hace más disfrutable y el resultado es la maravilla, o, mejor dicho, un hechizo que, en el caso de esta lectora, durará mucho más que lo que dura el verano.

Cuando comenzó el silencio, de Jesse Ball (Sigilo)
Mi última incursión en la escritura de Jesse Ball me siguió dando alegrías. Esta novela se vale de distintos dispositivos narrativos para contar (y des-contar) la historia de Oda Sotatsu, un joven japonés que  pierde una apuesta y le hacen firmar una confesión gravísima. Pero podríamos decir que ese no es el desencadenante de la historia, sino que es el silencio de Sotatsu, que, de pronto, deja de hablar. Sotatsu se convierte en un núcleo de silencio alrededor del cual las palabras de los demás se convierten en lo opuesto: ruido. Contradicciones, mentiras, hacen de este multi relato un terreno patinoso e hipnótico sobre el cual no queremos dejar de caminar. 

Sodio, de Jorge Consiglio (Eterna Cadencia)
Cuando abrimos un libro escrito por Jorge Consiglio, hay un placer que antecede a la lectura: saber que nos vamos a encontrar con una prosa poética y exacta (la forma más compleja de la poesía). Es una prosa exacta pero no por eso despojada. Es una prosa que esclarece el mundo y lo complejiza al mismo tiempo. Sodio, su última novela no es la excepción. Un dentista que se muda a Brasil, motivado por la recomendación de una amante, se ve envuelto en situaciones que se salen del registro de lo cotidiano y empiezan a coquetear con el humor y lo fantástico, esos dos límites de lo posible.


Recomendaciones de Luji Picabea 


Luji Picabea es programadora de Festival Filbita

Querido comemierda, de Virginie Despentes (Random House)
Con la lucidez, el desacato, la osadía, la insolencia y la destreza a la que nos tiene acostumbradas, Virginie Despentes desnuda en este libro la proliferación de discursos de odio, el aniquilamiento de la diversidad  y la simplificación del mundo en unidades dicotómicas que encuentran lugar en las redes sociales. 

El dios de las pequeñas cosas, de Arundhati Roy (Anagrama)
Una saga familiar que se cuenta desde la hendija de la infancia, una novela social que se atreve a desnudar el temor a la pérdida, como el origen de las desigualdades. Una narrativa que bordea los contornos de la historia, se obstina en los detalles, las miradas, los aromas, las formas y los escenarios para poner en palabras aquello que no tiene nombre. 

Cosas vivas, de Munir Hachemi (Periférica)
Un relato que se asoma, desde una consciencia occidental de clase media universitaria, a las extorsivas relaciones laborales a las que se somete a jornaleros, trabajadores precarizados y golondrinas en granjas y chacras intensivas, maquilas de la industria agropecuaria del mundo moderno.  

Desmoronamiento, de Horacio Castellanos Moya (Tusquets)
La novela tiene en sus primeras cincuenta páginas un ritmo casi teatral: un diálogo duro, malicioso, lastimero entre dos personas que se han querido, que ya no se quieren, pero que se tienen una profunda confianza. Después la novela se vuelve epistolar y en el último tramo aparece un narrador externo a los protagonistas que ve el suceder de los acontecimientos con algo de involucramiento amoroso, pero con la objetividad de los que observan una acción en la ventana de la casa de los vecinos. 

Es una novela a la que siempre se puede volver. Un escritor inmenso.



Recomendaciones de Amalia Sanz

Amalia Sanz es la directora de Fundación Filba

Mañana y tarde, de Jon Fosse (Nórdica Libros)
El nacimiento y la muerte de un hombre. En medio los pequeñísimos detalles -armar un cigarro, el primer cruce con quien será su mujer, los rituales de la pesca- que componen una vida. Poesía en estado puro. 

La mujer maravilla y yo, de Claudia Masin (Caleta Olivia)
El revés del daño como cimiento sobre el que intentar construir y amar. La poesía de Masin nos enseña la potencia de un super poder que tenemos a mano como estrategia de supervivencia y resistencia. 

La poesía de los números, de Daniel Tammet (Blackie Books) 
Alguien, hace siglos, se equivocó y creyó que las matemáticas y la poesía habitaban universos distintos. Y la confusión se instaló. Pues, no: es hora de entender que los números tienen tanta belleza como el paisaje más luminoso y Tammet lo sabe. Y lo dice. Y lo escribe hermosamente. 
La mala costumbre de Alan S. Portero (Seix Barral) 

La mala costumbre, de Alana S. Portero (Seix Barral)
La mala costumbre de Alana S. Portero es el relato de una niña, y luego de una adolescente y luego de una joven, trans saliendo a las calles y enfrentando un mundo lleno de prejuicios y desigualdades. Sí, es eso. Pero también es la historia de una niña que al salir a esas calles maquillada y con tacones descubre las violencias -pequeñas y brutales- a las que están expuestas las mujeres solo al caminar. Sí. Pero La mala costumbre es también - y sobre todo- un retrato poético y crudo sobre un tiempo y un espacio: la Madrid de los 80 y de los 90, la de los barrios bajos y la de la Malasaña pregentrificación, con sus héroes, heroínas y mártires y con sus refugios marginales -siempre dependiendo de lo que entendamos por centro, claro- en los que la piedad y la complicidad son pilares en la construcción de las familias elegidas. 

(Nota al pie: el soundtrack del libro es imperdible. Se recomienda leer escuchando las mismas canciones que la protagonista.)


Recomendaciones de Daniela Ini

Daniela Ini es Responsable de Relaciones Institucionales

La casa en llamas, de Ann Beattie (Chai)
Una colección de cuentos complejos y fragmentarios, publicados originalmente en The New Yorker. Beattie nos deja ver pantallazos de las vidas de personajes sumidos en sus relaciones, frustraciones y dolor. Muchos de estos cuentos se sienten como una puñalada, una herida precisa y angustiante.

Autobiografía de mi madre, de Jamaica Kincaid (La Parte Maldita)
La narradora de Autobiografía de mi madre busca darle un sentido a su vida, definida por la pérdida prematura de su madre. Xuela es una mujer rebelde e independiente; es mitad Carib de parte de su mamá y mitad escocesa-africana de parte de su papá. O sea que resume en sí misma las grandes tensiones políticas de Dominica, la isla donde sucede la historia. Mientras muchos de los personajes quedan atrapados en el odio a sí mismos impuesto por el colonialismo en el que viven, Xuela elige el amor y la autoestima como respuesta a un mundo que la oprime.

Mi año de descanso y relajación, de Ottessa Moshfegh (Alfaguara)
Nuestra narradora es una estudiante de Historia del Arte que vive en Nueva York y decide dormir durante un año completo con la ayuda de somníferos y otros medicamentos.Todo esto con un fondo muy fines de los 90 principios de los 2000 en EEUU, muy American Psycho, en el que los negocios de Wall Street no tienen mucha diferencia con los de las galerías de arte. Una novela sobre el sobreestímulo, el tedio, la industria del bienestar, y, finalmente, sobre los baches, sobre todo eso que pasa mientras no miramos. 


Recomendaciones de Anne-Sophie Vignolles 

Anne-Sophie Vignolles es coordinadora del Laboratorio de escrituras

Según - una autobiografía, de Osvaldo Baigorria (Caja Negra)
Según yo, este libro es un in-dis-pen-sa-ble.
Es como los grandes vinos o como los ricos cafés: se toma de a sorbitos y cada uno es un viaje, una sorpresa. Osvaldo Baigorria es un sabio de la literatura y este proyecto ha sido pensado por y para él. “Según” es la definición misma de la palabra “idóneo”, el encuentro perfecto entre un autor y su texto. 
Leer a O. Baigorria es placer y fuerza del lenguaje, humor, reflexión profunda sobre la literatura y afán por compartirlo todo, como cuando uno se encuentra rodeado de amigues querides y sonríe pensando en su interior: “Gracias.”

La más recóndita memoria de los hombres, de Mohamed Mbougar Sarr (Anagrama)
Senegal, Francia y Argentina. Rimbaud, T.C. Elimane (el autor más desconocido y más célebre de la literatura africana) y Gombrowicz. Cuerpos, encuentros y tetas. Búsquedas varias, obsesiones (muchas) y locura. 
Envidio a los que todavía no leyeron esta novela.
Favor sumar a Mohamed Mbougar Sarr en su lista de lecturas 2024.
Se los ruego.

Heredarás la tierra, de Jane Smiley (sextopiso)
Traducción de Inga Pellisa

En esta novela épica, Ginny Cook (una de las tres herederas de una de las granjas más prósperas del condado de Zebulon, Iowa), nos cuenta su versión de la historia familiar y, a través de ella, lo que es ser mujer ‒hija, hermana y esposa‒ en un mundo rural, en una época llena de dudas, incertidumbres, cambios, violencia y guerra (pos-Vietnam).

El día que apagaron la luz, de Camila Fabbri (Seix Barral)
Camila Fabbri asistió al concierto de Callejeros el día anterior a la tragedia de República Cromañón. Tenía 15 años el día que se prendió fuego el boliche.

A continuación, haremos el intento de definir su primera novela, publicada en el año 2019. “El día que apagaron la luz” es:

una crónica que relata una época al mejor estilo de las aguafuertes porteña de Arlt: ✓

un testimonio sobre un cambio de paradigma:  ✓ porque, además de describir cómo fue ser adolescente en Argentina, en los 90s, relata con precisión la emergencia de las redes sociales y cómo fueron imponiendo un nuevo lenguaje y una nueva manera de compartir con otres.

el diario íntimo de una adolescente que está en ese momento tan particular de “las primeras veces”, que descubre su cuerpo, el de sus amigues, la música, las salidas, se enfrenta a sus padres, empieza a mentir, ríe, fuma, bebe, etc. y todo, todo, TODO con un nivel de intensidad altísimo: ✓

un relato implacable (e impecable) de ese encuentro de une misme con su condición de ser mortal: ✓

un ensayo periodístico que, como cualquier buen trabajo de investigación, recoge muchísimos testimonios y, por ende, logra contar (con gran maestría) una misma historia dándole un lugar a todas las voces y ángulos posibles: ✓

una historia que juega con el lenguaje, que busca una voz y la encuentra: ✓

una reflexión sobre el poder de las palabras y su imposibilidad a la hora de relatar el horror: ✓

un archivo sobre la escena rocanrol de Buenos Aires en los años 90/2000: ✓. Recoge las mejores bandas de rock independientes de la época con sus descripciones, la de sus fans, alguna que otra letra, dónde tocaban y cómo, su estética, etc.

un poemario de poesía en prosa: ✓


Recomendaciones de Larisa Chausovsky

Larisa Chausovsky es programadora Festival Internacional de Literatura Infantil Filbita

Tania Val de Lumbre, de Maria Parr (Nórdica infantil)
Tania es intrépida, divertida, sensible, decidida. Es pelirroja y tiene los rizos de un león. Vive en Val de Lumbre, pequeño poblado que además de darle el apellido, es el escenario de sus peripecias en trineo, sus largas conversaciones con su mejor amigo Gunnvald, de sus enfrentamientos con el poco amigable y avaro Klaus Hagen y de lo inesperado, lo que de un momento a otro puede cambiar aunque todo permanezca igual. Una narrativa sencilla pero potente en la que los vínculos, la belleza de las pequeñas cosas, el bosque nevado, las montañas, los aromas y la música nos llevan a vivir emociones y aventuras como si estuviéramos ahí. Tania, el pequeño terremoto de Val de Lumbre, llena de magia e infancia todo lo que su mirada alcanza. Y un poco más también. 

*Sugerida a partir de los 9 años, creo que es una lectura para compartir, para leer a solas, en cualquier estación y a cualquier edad.

Lilo, de Inés Garland (Edelvives)
A veces el olfato puede ser determinante. Sobre todo si se trata de un perro. Y más aún cuando se trata de un perro como Lilo, que está atento a todo lo que pasa a su alrededor, especialmente a lo que le pasa a la nieta de sus dueños, Emi. Y algo le pasa. Y es algo grave. Por un viaje de los padres, Emi se queda en casa de sus abuelos y Lilo, con ayuda de sus particulares amigos, atravesará todo tipo de aromas y situaciones en busca de la solución a lo que está oliendo extraño alrededor de la nena. Con humor y sensibilidad, Lilo nos ladra (y Garland nos cuenta) una historia profundamente actual y humana.

*Recomendada para “lectores avanzados” es un libro que invita a lectores de 10 años y por qué no, varios años más.

Feria de fenómenos o El libro de los niños extraordinarios, de Betina González (FCE)
¿De qué estamos hechos? ¿De ideas, de pasiones, de fuego, de las miradas de los otros, de lo que nos legaron, de lo inexistente..? ¿Somos creados o alguien nos crea? Vale la pena visitar esta “Feria de fenómenos” para conocer ocho niños extraordinarios, particulares, hechos de palabras, de melancolía, de barro, de furia, de poesía, de curiosidad. Y a su alrededor, historias fantásticas, tan extraordinarias como ellos. Betina González da vida a estos seres fascinantes por lo extraños o quizás, por lo llamativamente conocidos. Vengan, pasen y lean, para esta Feria no es necesario tener una entrada especial. Se puede entrar y salir de ella por distintos lugares, pero eso sí: a no perdérsela. 

*Para lectores inquietos, curiosos, hechos de palabras y entusiasmos.

Recomendaciones de Lala Toutonian

Lala Toutonian está a cargo del ciclo de entrevistas Eterna Social Club en la librería Eterna Cadencia

Conejo Maldito, de Bora Chung (Alpha Decay)
La autora coreana Bora Chung golpea a fuerza de knock out. Los diez relatos que componen este libro marean, provocan ansiedad, enferman el estómago… Usa el fantástico y el terror para, solapadamente, poner en evidencia los dos grandes males: el patriarcado y el capitalismo. Sus mujeres viven historias desde absurdas hasta espeluznantes, traspasadas por líneas de tiempos que acompañan el baile dislocado de caderas rotas.

Una música, de Hernán Ronsino (Eterna Cadencia)
Una novela en tiempos de prosa escrita por un poeta. Eso es Una música. Qué más se le puede pedir a la narrativa. La gira de un músico, por mandato más que vocación, se ve interrumpida por la muerte del padre. La vida de un hombre marcada por la herencia paterna, secretos, oscuridades ligadas a la dictadura -cuándo no lo son- y sucesiones de hechos narrados en perfecto acompasamientos, hacen que esta extraordinaria novela sea leída como una partitura. Ronsino no hace más que alentar la literatura argentina: con él vamos a estar siempre presentes en el escenario mundial.

La sombra de un jinete desesperado, de Juan Mattio (Godot)
Estos ensayos, conceptuales, (des)alineados, pensados y volcados no al papel pero sí a la pantalla de un computador, nos traen esos conceptos que a un autor como Mattio le brotan en cada poro. Libros, series, películas (el final con Seven es apoteósico), miradas sobre la agobiante multiculturalidad que se jacta de pretenciosa (y no nos interesa). Con un, como lo llama, marxismo gótico como premisa y el fantasma de Philip Dick sobrevolando cada página, este libro es también un diario, una mirada sobre su propia vida plagada de, por igual, maravillas y pesadillas que se pelean por soñarse en Mattio. Se lee, se piensa, se subraya, se detiene, se cierra, se analiza, se toma nota. El autor nos invita a lectores a lo que describe como paisaje mental para cabalgar junto a él. ¿Juan Mattio? Nuestro Mark Fisher.

 

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