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#FilbaRecomienda | Victoria Rodríguez Lacrouts - Programadora

No es fácil escribir sobre los libros que conmueven, pero es hermoso detectarlos: ese segundito en el que uno levanta la vista del libro y entiende que lo que está leyendo es una disrupción (una disrupción absolutamente personal) en el día, en el mes, en el año, una cesura en el tiempo. No me pasa muy seguido. Con uno de los últimos libros que me pasó es con Dos sherpas, de Sebastián Martínez Daniell. Esta es su última novela, publicada por Entropía en 2018. Reponer el argumento es lo menos importante en este libro (en todos, tal vez). El puntapié de la historia es una escena mínima y grandiosa al mismo tiempo: dos sherpas observan a un alpinista inglés que acaba de tener un accidente ascendiendo a la giganta (el Himalaya). El inglés está inconsciente y los dos sherpas, uno viejo y otro joven, lo miran en silencio. En ese pliegue de silencios se comienzan a tejer los pasados de los dos sherpas y todo parecería ser una excusa hermosa para que la escritura piense. Cuando un argumento se empieza a no poder contar es porque está pasando algo al nivel del lenguaje que solo se puede transmitir leyendo aquello de lo que se quiere hablar. Hay otros autores con los que me pasa esto de no poder decir de qué va la novela porque hacerlo sería un acto de traición. Me pasa con Vivian Gornick, con Juan José Becerra, con Rachel Cusk, con Thomas Wolfe, con María Sonia Cristoff, con Roger Pla y tantos otros, hasta con algunos libros infantiles.
Mueven un fondo de la lengua que cualquier línea argumental queda en segundo plano. Son escrituras que piensan. Y como para muestra basta un renglón (o un puñado de), va uno de los tantos subrayados que hice en Dos sherpas:
“En la montaña, las opciones del reino vegetal son acotadas. La falta de oxígeno impone restricciones inapelables. Sólo el liquen acompaña al montañista, lo anima a lamer la roca, a comulgar con el postulado maximalista que sostiene que la vida es más que nada. En su doble andamiaje de hongo y alga, Jano bifronte del orden botánico, alianza efectiva contra lo estéril, el liquen coloniza, reina en las altas cumbres. Pero es un rey sin súbditos: tiene soberanía, tiene territorio, pero su dominio se diluye en la vastedad de la abstracción mineral. Hay microrganismos, desde ya. Pero no hay mérito en someter a quien no puede derrocarnos.”
¿No es hermoso?
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Victoria Rodriguez Lacrouts es una de las programadoras de Filba. Lee y canta. También cree que
sin influencers el mundo sería un lugar mucho mejor.

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