La literatura y el arte en general siempre corrieron el límite de lo que se puede decir o mostrar. Transgredir es ir contra la época. ¿Cómo perciben hoy los autores esa libertad intrínseca que tiene el acto de escribir? ¿Con qué reticencias se encuentran? ¿La incorrección política puede correr el riesgo de convertirse también en una pose?