Cuatro editoras toman sus catálogos y los ponen sobre la mesa como si fueran un mazo de cartas. A distintas categorías que se proponen como disparadores, cada una responderá con un libro del propio catálogo, que pondrá a jugar con los libros de las demás participantes. Así, el juego es la excusa para conversar sobre libros, estéticas, temáticas, infancias, apuestas, riesgo y decisiones editoriales.