¿No era la poesía el género expresivo por antonomasia? ¿De dónde viene la idea de que el poema expresa algo –sentimientos, pensamientos, opiniones, preferencias, gustos–?
Todo poema tiene algo de Frankenstein: lleva nuestro nombre, a la vez que se rebela contra nosotros. El poema rompe amarras, no quiere correas, ni líneas-guía para crecer; busca solo, como un brote enredado, la luz del sol.
En este taller se propone escribir contra la expresión y su aliado principal: el Yo. Para eso imaginamos un acto de malabarismo: escribir desde lo impersonal a partir de materiales que no tengan que ver con lo que pensamos o sentimos antes del poema, sino después. Antes del poema ya no queda nada más –nada de nada–: todo eso llega más tarde que temprano: en el futuro. No es nuestro siquiera, no nos pertenece: el poema es el otro.
Este taller se impartirá los días jueves 17 y viernes 18 de junio a las 10 hs. CUPOS COMPLETOS
Cupos limitados.
DÓNDE: Plataforma Zoom
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