Santiago García Navarro nació en Mar del Plata en 1973. Entre 2011 y 2016 vivió en Río de Janeiro, donde dio clases de castellano, hizo la maestría en Literatura, cultura e contemporaneidade (PUC-Rio, 2015), investigó la obra de Lygia Clark y conoció a su marido, el chamán-artista Bernardo Zabalaga. Como preparación para su libro Un reino junto al mar (Ripio, 2022), compuso más de cien fotoficciones, que se exhibieron en salas de Recife, Belo Horizonte, Curitiba y San Pablo. Con Carla Zaccagnini filmó I’m also stepping on wet sand (2017), caminata sincronizada entre Skagen (ella) y Mar del Plata (él), que se mostró en el 68 Art Institute de Copenhague. Para Hogar (KBB, 2016), de Matías Duville, escribió un ensayo-ficción entramado con registros fotográficos de la obra que da título al libro. Asistió a Elsie Vivanco, ya muy enferma, en la redacción final de Papel de diario (Vox, 2021). Con Elfi Turpin curó Trust in Fiction (CRAC Alsace, Altkirch, 2016), una exposición de artistas ficcionales. Ideó y editó Corrosión y anomalía (Kiosko-AECID, Santa Cruz-La Paz, 2019) y Transplurinacional. Perspectivas desde el arte sobre un territorio en mutación (Kiosko, 2021), ambos en colaboración con Douglas R. Rada. Es miembro del Programa Cultura Política, colectivo de El Alto. Vivió en La Paz en 2015 y planea reincidir. En un seminario sobre ficción en arte contemporáneo que dictó en la Universidad Di Tella, conoció a su editora, Mariana Lerner. Presentó una nueva versión de ese seminario en la UNA en 2021. Las Becas Proyecto Ballena a la Investigación Artística son un invento de él y de Eduardo Molinari, que el Ministerio de Cultura de la Nación adoptó. Entre 2008 y 2010 fue guía de turismo en Buenos Aires.