En marzo de 1982, mientras el país libraba una guerra, mi madre libraba su batalla corporal para dejarme salir. Soy porteña de pura cepa, pero me casé con un entrerriano y me dicen que cuando hablo me hago la provinciana. La pasión por leer me llegó tarde, en la pre-adolescencia, pero una vez que llegó, no se fue nunca. Estudié Letras, y a pesar de eso seguí leyendo. Me gusta hablar de libros, recomendarlos y por suerte todos mis trabajos están de alguna manera vinculados a eso: desde Sur de Babel, el club de libros que hicimos con una socia-amiga, hasta Fundación TyPA y Fundación TEM, los lugares que ahora soportan mis entusiasmos literarios.